Gracias a una fuente que no vamos a revelar su identidad, hemos descubierto un oscuro sitio dónde se trafica con cosas chungas.
Pero no cosas chungas como ese trozo de lechuga que tenemos todos en el fondo de la nevera, sino cosas chungas, chungas, chunguitronas de verdad. Estamos hablando de herramientas de matar.
No vamos a revelar el sitio exacto dónde sucede esto en la ciudad por motivos obvios, pero lo que es obvio es que si un triste, lamentable y cutre periodista como yo, ha sido capaz de localizar a este agujero de crimen, como puede ser que la policia no haya hecho nada al respecto.
TODO MAL.
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